Pereda Pérez Arquitectos, Escuela Infantil en Pamplona, Fotógrafo: Pedro Pegenaute |
Esta estrategia proyectual se apoya en tres elementos que destacan de la propuesta: la estricta organización de la planta, en primer lugar; el elaborado trabajo que los arquitectos llevan a cabo en la sección -más bien secciones- de la pieza, en segundo lugar y, al unísono con las dos anteriores, la importancia que en la solución adquiere la captación de la luz natural. El esquema de la planta arranca con la disposición dos franjas que se orientan en sentido de la plaza en busca de la luz y las vistas; las elaboradas aulas ocupan la banda más exterior –cuajada de escuetos patios- mientras que los espacios más privativos se disponen junto a la medianera de la edificación existente, con el colchón, también, de un patio abierto. Entre las dos, el corazón del centro, una espina central que funciona como calle interior, en la que los pequeños juegan y se relacionan; un tema recurrente en la arquitectura escolar y cuyo ejemplo más reciente nos lo ofreció, en este mismo cuaderno, Javier Larraz, que comparte con Pereda Pérez Arquitectos origen, Navarra, y localización de su estudio, Pamplona, en su espléndida Escuela en Buztintxuri también en la capital navarra.
Pereda Pérez Arquitectos, Escuela Infantil en Pamplona, Planta, alzado y secciones |
El mapa de la planta no podría entenderse sin leer la sección transversal; en las esquemáticas grafías de Pereda Pérez Arquitectos vemos como la secuencia de alturas que arranca de la cumbrera del edificio de viviendas va graduándose, laminándose, como una melodía, a través de los cambios en el perfil de la sección hasta alcanzar el pavimento de la plaza. Los lucernarios corridos, además de iluminar y ventilar esta profunda planta, actúan a modo de secuencia espacial (interior y exterior) escalonando el macizo zócalo desde la medianera hasta su encuentro con el espacio público: la calle.
El lucernario, pieza fundamental de la arquitectura que el Movimiento Moderno hace suyo, entra a formar parte del “catálogo” de la arquitectura escolar de la mano de Arne Jacobsen (1902-1971) en su inigualable Escuela Munkegård en Copenhague En el caso que nos ocupa, los altos prismas que emergen de las tapizadas cubiertas introducen la luz tanto a la franja de aulas como a la “calle interior” que recorre de un extremo a otro el centro. En este punto, el lucernario, además de iluminar este amplio corredor central, cualifica espacialmente la espina haciendo fluir el espacio con los marcados cambios de altura de la sección. Soluciones similares a la que presentan Pereda Pérez Arquitectos, con el uso escultórico de los prismas de luz, las encontramos tanto en la escuela de Javier Larraz, como en otras que han sido reseñadas en este cuaderno (también con idéntico uso) como, por ejemplo, la Escuela en Leça do Bailo del estudio portugués ANC Arquitectos.
MGM, IES Galisteo en Cáceres |
La instantánea mineral, compacta, que Pereda Pérez Arquitectos obtienen con la plástica del hormigón no se limita, únicamente, a envolver una determinada volumetría; los arquitectos hacen vibrar todo el edificio con un mismo acorde, aquel que se obtiene con la textura de la pasta endurecida tanto al exterior como al interior del centro. Para ello, los arquitectos acuden a la lógica constructiva diseñando un estructura de techo a base de potentes piezas prefabricadas de hormigón en forma de “π” que salvan las importantes luces, casi sin esfuerzo, apoyándose en pantallas de hormigón que cuajan la planta. Una estrategia que exige una importante disciplina en la modulación y organización de los elementos portantes que, como las grandes losas, están pensados para quedar vistos; la secuencia de nervios que dibujan las piezas, pautan el espacio definido entre las potentes paredes y aportan al proyecto lo que Mies definió como “poética de la construcción”; aquello que va más allá de una correcta solución técnica, donde la tectónica del esqueleto, en este caso, configura, por sí mismo, el espacio arquitectónico; no hace falta nada más.
Al interior la mirada fluye entre las potentes masas de hormigón y los livianos planos de cristal y bloques de pavés; entrando y saliendo de los patios; resbalando por los suaves planos de tableros blancos, hasta elevarse entre el claroscuro de las nervaturas en busca de la luz de los lucernarios; el tono claro del alfombrado del suelo unifica, sin solución de continuidad, toda la propuesta.
La atención que los arquitectos prestan a las cuestiones medioambientales como son la ventilación e iluminación natural, se completa con la incorporación al proyecto de una fuente de energía sostenible y renovable como es la geotérmica, que optimiza el sistema de calefacción por suelo radiante del colegio; esta aportación hizo posible que la escuela fuera el primer edificio público en Navarra en utilizar esta fuente de energía limpia y renovable.
Fuentes:
+ Fotógrafo: Pedro Pegenaute
+ AV Monografías 152 (2011) La Escuela Global
+ IES Galisteo en Cáceres, MGM. Temas de Arquitectura 8. General de Ediciones.
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