Amortizada ya la sorpresa (con polémica) de la concesión del Pritzker 2012 al por entonces casi desconocido tándem chino formado por Wang Shu y su socia, además de pareja, Lu Wenyu -Amateur Architecture Studio-, el jurado de la presente edición se ha decantado por un “valor seguro”; alguien que había estado presente en muchas quinielas de ediciones anteriores y que, además, cuenta con el reconocimiento casi unánime de críticos y colegas de todo el mundo: el arquitecto japonés Toyo Ito.
En la figura del arquitecto nipón concurren tanto una trayectoria profesional de primer nivel como la de un incansable investigador con textos que (aunque concisos) han tenido bastante influencia, fundamentalmente, en el tránsito finisecular del XX y en el arranque del nuevo milenio. Si las primera obras del joven Toyo Ito mostraban una manera de hacer en la que estaban presentes plantas y geometrías complejas ‑la curva y el espacio fluido, según Yuichi Suzuki- como en la White U y el Museo Municipal de Shimosuwa, en la obra posterior predominan las líneas rectas y las formas geométricas cúbicas y transparentes que alcanza su cénit en la Mediateca de Sendai: transparencia, láminas de cristal, edificio concebido como una plaza, un bosque artificial, espacio continuo y fluido (en palabras del propio Ito).
El flamante Pritzker mantiene una especial relación con España, como muestra el ramillete de excelentes obras que, en los últimos años, nos ha dejado el arquitecto nipón: hoteles, estaciones de metro y los pabellones de la Fira en Barcelona, el Parque de la Gavia en Vallecas y el malogrado Parque de Relajación en Torrevieja, entre otros. Este cordial entente se ha visto acompañado, también, por el importante seguimiento que, de su trayectoria, han hecho los medios editoriales de nuestro país. No en vano la editorial El Croquis le ha dedicado, en los últimos 20 años, tres números monográficos que abarcan prácticamente toda la carrera del influyente arquitecto japonés. Por su parte GG, en su colección 2G, dedicó en 1997 una monografía en la que se glosaba lo principal de su producción hasta ese mismo año; número que se cerraba con uno de los microtextos más influyentes de Toyo Ito: Tarzanes en el boque de los medios.
Fuentes:
+ Toyo Ito
+ El Croquis: 71, 123 y 147
+ 2G n2. 1997: Toyo Ito
+ Premio Pritzker