![]() |
Casa Pentimento, J.M. Sáez Vaquero y David Barragán, Quito (Ecuador) 2005-06 |
Como suele ocurrir con muchas de las manifestaciones de la plástica y de la cultura: pintura, cine, literatura...; una imagen, una historia o una melodía se miden tanto por lo que nos muestran como por aquello que nos sugieren. Una simple instantánea puede contener cientos de matices que nos transportan, casi sin darnos cuenta, a lugares remotos; también en la arquitectura. Desde Quito, en Ecuador, los arquitectos Jose María Sáez y David Barragán nos invitan a un viaje montados en su casa Pentimento (La Morita, Quito, 2005/06).
Las instantáneas de Pentimento –junto con otras dos que el tándem acompañan a su explicación del proyecto- nos hablan de lo sencillo, casi de la autoconstrucción; el recuerdo una valla resuelta con unos humildes tablones de madera, sirve como excusa para, y con el cliente adecuado (“un cliente sin miedos”, nos dicen los autores), pensar un edificio en el que el cerramiento es difuso, ambiguo: puede ser una cerca y muchas cosa más. La nostalgia del austero órreo, además de volver a recordarnos la sencillez del método, sugiere también distancia y renuncia; aquellas que, en un determinado momento de su vida, tuvo que escoger el arquitecto Jose María Saez Vaquero, abulense de nacimiento (1963) y titulado en la Escuela de Arquitectura de Madrid (1990), para poner océano y continente por medio hacia un país hermano como Ecuador.

Un jardín, una cliente sin miedos. Se pide una vivienda que pueda ser centro espiritual y espacio de silencio. La espiritualidad debe venir de la naturaleza misma: se busca una arquitectura que se inserte en la naturaleza sin competir con ella, que se abra al clima templado y a la visión cercana del volcán Ilaló.
Macetas portantes
prefabricada de hormigón, que puede situarse en el montaje en cuatro posiciones y que resuelve estructura, cerramiento, mobiliario, escaleras, incluso una fachada jardín que es el origen del proyecto. Por fuera es una retícula neutra que se camufla de valla o de seto. Al interior, cada muro es distinto y se ajusta a sus necesidades de escala, función, posición, etc.
Sin abandonar un rigor y simplicidad extremas, el montaje permite la variabilidad y la adaptación a las singularidades del proyecto. Orden y desorden son compatibles dentro de un mismo sistema.
![]() |
Casa Pentimento. Implantación, planta, secciones y alzado este |
Entorno

Los intersticios entre prefabricados convierten al muro en filtro de vegetación y de luz, las rendijas se dejan abiertas en algunos puntos y se cierran en otros con acrílico transparente o translucido y con tiras de madera. Estas mismas rendijas al interior son soporte de piezas de madera que se convierten estanterías, asientos, mesas y escalones. En el piso superior el mirador abierto se despoja de cualquier elemento secundario, permitiendo el paso del aire y la luz, encuadrando las vistas de las montañas lejanas, concentrándose en su papel de relacionar al usuario con su entorno.
Sobre una plataforma de hormigón que sirve como cimentación superficial se levanta el sistema de prefabricados. Las piezas se prefabrican en el suelo con encofrados metálicos y se colocan en la obra insertándolas en varillas de acero ancladas con pegamento epóxico a la plataforma. Estas varillas y los elementos de traba entre las piezas generan una estructura apretada de pequeñas columnas y dinteles, muy apropiada a la sismicidad de la zona.
La casa prescinde, en lo posible, de acabados. La losa de cimentación se funde con pigmento negro y endurecedor para que se convierta en el piso terminado final. Los prefabricados de hormigón quedan vistos tanto al exterior como al interior, suavizando su dureza la madera roja, y el verde de los vierteaguas de cobre oxidado y de la vegetación siempre presente.
La bendición del bajo presupuesto
Al ser preguntada la escritora norteamericana Joan Didion sobre su ideal de estilo, responde: economía, sencillez y claridad. Aquí la limitación económica nos conduce felizmente en esa dirección. Despojar de lo accesorio, buscar la intensidad por reducción, simplificar los procesos constructivos. Trabajar con la luz, la naturaleza, el clima templado, los materiales disponibles de forma directa. Pocos materiales, claridad para su empleo.
Fuentes:
+ José María Sáez & David Barragán, arquitectos
+ Fotografías: Raed Gindeya, Jose María Sáez y David Barragán
+ AV Monografías, 127. La casa natural
+ AV Monografías, 132. Casas de maestros
--------------------------------------------------------------COCINÁNDOSE