Forma parte ya del lenguaje cotidiano denominar Zona Cero a aquel espacio (físico o no) que ha sido objeto de un acontecimiento de tal magnitud que, automáticamente, pone el contador a cero en la historia particular de ese sitio (físico o no): primero para que no se olvide y, segundo, para que todo pueda ser reformulado desde ese nuevo punto de partida. El momento actual de crisis generalizada puede convertirse (si no lo ha sido ya) en la Zona Cero para la arquitectura en nuestro país: un espacio de tiempo, concreto, a partir del cual nos veremos obligados a buscar nuevos caminos. / Forms part of everyday language to call Zero Zone to that space (physical or not) that has undergone an event of such magnitude that automatically sets the counter to zero in the particular history of that site (physical or not): first so that is not forgotten and, second, so that everything can be reformulated from this new starting point. The present time of general crisis can become (if it has not already been) at Zero Zone for Architecture in our country: a space of time, concrete, from which we will be forced to seek new ways.

15/12/12

NUEVA VIDA PARA UNA ANTIGUA CASONA / L3P ARCHITEKTEN EN DIELSDORF (SUIZA)

L3P Architekten, intervención de un edificio existente en Dielsdorf (2010)
 
El equipo suizo de Regensberg, L3P, a cuya trayectoria nos acercamos en la entrada L3P Architekten, llevó a cabo en el 2010 un proyecto de intervención en un edifico histórico, privado, en Dielsdorf en el cantón de Zúrich. Una antigua casona de mediados del siglo XIX, destinada originalmente a restaurante, carnicería, con matadero propio que, con el paso del tiempo, había sufrido distintas modificaciones y ampliaciones, si bien mantenía intactas parte de su configuración exterior, con el típico entramado visto de madera, y, también, la potente estructura de madera original. Los propietarios pensaron en recuperar el noble edificio existente para un nuevo uso: el residencial, con su reconversión en una pequeña palazzina con viviendas de distinto tamaño, reservando parte del bajo para uso comercial.

L3P se enfrenta al proyecto con una idea clara, recuperar lo esencial de la antigua construcción, eliminado una ampliación existente, reconstruyendo en su lugar un nuevo bloque, con una volumetría simple, compacta y con la fachada resuelta en madera que, y en palabras de los autores, se ofrece sin intención de competir con lo existente. Para ello, los arquitectos, diseñan un bloque de ampliación, que se adosa a la fachada ciega dejada por el volumen extraído, de dos alturas y con un gran espacio bajo cubierta que quedará conectado, funcionalmente, con los niveles de la casona existente que proporcionará la necesaria unidad a la actuación.




L3P Architekten, arriba: plantas (baja y primera / las dos bajo cubierta); abajo: secciones


La zona ampliada se ajusta en el alzado principal a la línea marcada por la fábrica existente; en este punto y aprovechando una ligero cambio en la alineación del testero, los arquitectos dibujan una  estrecha hendidura (que sirve de separación física entre lo antiguo y lo nuevo) en la que sitúan el acceso al bloque comunitario. La fachada posterior -que se levanta ligeramente del suelo para distinguirse de lo existente- quedará volcada a un delicado patio privativo que servirá de desahogo a la vivienda de planta baja. Tanto en la zona de la preexistencia, en la que los autores recuperan el potente entramado de madera, como en la porción ampliada, L3P cargan las tintas en los singulares espacios bajo cubierta (existentes y nuevos) para incorporarlos espacialmente a las nuevas viviendas.

La respuesta volumétrica que nos ofrecen los autores en la zona de la ampliación nos habla de una reinterpretación de la gran cubierta a dos aguas del edificio original, con sus singulares ventanales (buharda o buhardilla en castellano) recortados en el faldón y rematados por empinados tejadillos dobles que, en clave actual , son incorporados a lo nuevo en forma de sutiles lucernarios metálicos, a una única agua, que coronan la intervención. Con el objeto de acentuar la diferencia entre el antes y el ahora, el escueto pabellón añadido se levanta lo necesario por encima de la cubierta existente, para resolver este complicado punto de confluencia entre los dos planos de cubierta.

 
El exterior, según la idea original de los arquitectos, está resuelto en dos pinceladas: una delicada fachada de tablones de madera, que incluso pasa por delante de los huecos en forma de contraventanas, y que nos ofrece la imagen de cofre de tabillas, aislado del exterior, cuando las protecciones están completamente cerradas; y una cubierta resuelta con una técnica idéntica a la preexistente sobre la que destacan los lucernarios de cobre.

Al interior, L3P dan distintas repuestas formales en función de la zona en la que trabajan. En la casona recuperan los antiguos entramados de madera a los que les añaden, únicamente, un pavimento de madera. En el pabellón de ampliación recurren a la expresión que ofrecen  los materiales de matriz cementosa, tanto en los suelos como en algunas compartimentaciones, con acabado bruñido. La carpintería y el mobiliario fijo se incorporan al proyecto como una mancha de color y textura diferenciados del tono neutro de las estancias.    

  
   














Fuentes:
+ Fotógrafo: Sabrina Dohle
+ Baunetz, 5/2010