Forma parte ya del lenguaje cotidiano denominar Zona Cero a aquel espacio (físico o no) que ha sido objeto de un acontecimiento de tal magnitud que, automáticamente, pone el contador a cero en la historia particular de ese sitio (físico o no): primero para que no se olvide y, segundo, para que todo pueda ser reformulado desde ese nuevo punto de partida. El momento actual de crisis generalizada puede convertirse (si no lo ha sido ya) en la Zona Cero para la arquitectura en nuestro país: un espacio de tiempo, concreto, a partir del cual nos veremos obligados a buscar nuevos caminos. / Forms part of everyday language to call Zero Zone to that space (physical or not) that has undergone an event of such magnitude that automatically sets the counter to zero in the particular history of that site (physical or not): first so that is not forgotten and, second, so that everything can be reformulated from this new starting point. The present time of general crisis can become (if it has not already been) at Zero Zone for Architecture in our country: a space of time, concrete, from which we will be forced to seek new ways.

1/8/13

CONCURSOS EN PRETÉRITO IMPERFECTO / CEI EN LA APARECIDA (ORIHUELA) DE MACLA ARQUITECTOS

MACLA Arquitectos, CEI en la Aparecida (Orihuela), 2007/08 







Para el joven equipo valenciano MACLA Arquitectos, compuesto por el dueto de arquitectos titulados por la ETSAV: Miguel Cabanes y Elena Robles ‑además del arquitecto colaborador Pedro Gambín- no hay obra pequeña; basta con seguir su interesante trayectoria, y darse una vuelta por su despacho, para darse cuenta que ya sea con el encargo de una pequeña vivienda, unas oficinas, el dosel protector de una marquesina en un patio escolar o un concurso (de los muchos que jalonan su carrera), que los bocetos, las pequeñas (conceptuales) maquetas y los diagramas forman parte de su manera particular de trabajar y entender la Arquitectura, independientemente del tamaño o la escala con lo que se enfrentan.

Cada propuesta es trabajada con mimo, con dedicación, tal vez – y sin duda- como resultado de unas manos acostumbradas a decenas de batallas en otros tantos concursos en los que, y por desgracia, el nivel de exigencia y esfuerzo de los concursantes se antoja, la mayoría de la veces, desproporcionado en relación a lo que al final los organismos convocantes terminan ofreciendo. Aquello que en boca del viejo maestro se resumía espléndidamente en la máxima “dando liebre por gato”. Una actitud generosa ‑sin parangón en ningún otro colectivo de profesionales liberales -que durante años ha nutrido a la Administración de una arquitectura de calidad y que, hoy mismo, cuando la cosa pública está mal vista (sin duda por un “mal uso” de nuestra disciplina como palangre de votos) y cuando la tijera ha ido recortado por la línea de puntos la educación, la sanidad y las infraestructuras, se ha ido, en España y en los últimos tres años, esfumando una línea de trabajo -la del Concurso- que ha sido consustancial con el concepto moderno de la arquitectura y su desarrollo, prácticamente, durante todo el siglo pasado y lo que llevamos de éste.


MACLA Arquitectos, CEIP en Raiguero de Bonanza (Orihuela), 2007/09
Fruto de uno de esos ahora escasos concursos, nos llega la primera obra de MACLA Arquitectos para este cuaderno: un pequeño pabellón de infantil que completa el programa docente de una Escuela Pública en La Aparecida, una pedanía de la importante e histórica Orihuela. Un alargado prisma de una única planta, resuelto con una sencilla organización con los espacios docentes volcados a las “aulas exteriores”, espacio que MACLA Arquitectos hacen funcionar como un filtro de separación con lo existente. La escueta propuesta ha sido vestida con una piel cerámica, que evoca la arquitectura de ladrillo holandesa, y, como complemento, una pantalla a modo de valla-celosía, que visualmente clausura y da continuidad a las carpinterías metálicas y a los contundentes planos de ladrillo. Una estrategia –la de la celosía como motivo compositivo- que el equipo volverá a echar mano, esta vez en un programa docente más complejo, en uno de sus últimos trabajos: el interesante CEIP Raiguero de Bonanza en Orihuela.







(De los autores.....)

Se trata de ampliar un centro escolar existente con una pequeña construcción de 6 aulas de infantil y sus espacios docentes complementarios. Debido a las dimensiones de la parcela libre de edificación y a la preexistencia de una gran masa arbórea de importante porte, que queremos mantener, la ampliación se sitúa en el único sitio que parece que pueda ser, esto es, junto al vallado perimetral de acceso. Esta ubicación permite situar las aulas de infantil en la orientación este que desde el punto de vista de la iluminación y ventilación en estas latitudes, es la más adecuada, pues se evita un exceso de exposición solar y favorece la ventilación natural. Los árboles de hoja caduca situados junto al vallado y los toldos proyectados, dotarán de sombra suficiente a las extensiones exteriores de las aulas.

El edificio
La edificación consiste en un bloque lineal de una planta, cuya distribución interior responde a criterios de orientación óptima de las piezas que contiene. La sección es lo que genera el proyecto pues soluciona las condiciones de ventilación e iluminación de la propuesta.



El esquema en planta se desarrolla en tres bandas paralelas en dirección norte-sur. La primera de las bandas contiene las  aulas con sus extensiones hacia la orientación este; una banda intermedia contendrá la comunicación, los baños de las aulas y funcionará como una banda de regulación térmica  gracias a los patios que alberga; y, por último, una banda de servicios que recae al oeste. El edificio se remata en la orientación norte con los espacios docentes (aula taller polivalente y sala usos múltiples).







MACLA Arquitectos, CEI en la Aparecida: planta y alzados 
 
En la banda intermedia del interior de la pieza, se sitúan los baños de las aulas que ventilan a través de los pequeños patios del pasillo. Estos patios permiten la ventilación cruzada en el interior de las aulas así como la iluminación y ventilación de la circulación, optimizando el control térmico natural y mejorando la calidad ambiental de los espacios.

El edificio de infantil se separa del patio de primaria existente por medio de una gran celosía de perfiles de acero galvanizado, que permite cierta transparencia de vistas pero independencia de usos. La zona ajardinada proyectada, atraviesa esta celosía y entra en el interior de nuestro edificio convirtiéndose en la zona de huerta.



  
Aspectos compositivos
Los materiales de acabado pretenden potenciar la idea de pequeño edificio con bajo costo. La abstracción como mecanismo de composición nos ha llevado a entender las fachadas como planos continuos de gran tensión en donde los materiales de revestimiento deben potenciar su rotundidad. Es por ello que el edificio se resuelve con poco repertorio material pero si pensando en una colocación del mismo sin complejas soluciones técnicas.











Al exterior, las aulas se abren al este con grandes huecos acristalados con carpintería de aluminio lacado color gris; al oeste el edificio se cierra con una fachada de ladrillo caravista blanco sin junta vertical en donde un hueco corrido protegido con chapa metálica perforada, ilumina las piezas de servicio interiores.









 
Al interior, el aprovechamiento lumínico se convierte en el protagonista, así, los pavimentos de linóleo de varios colores contrastarán con los techos y paredes blancas en donde se reflejará la luz que entra por los patios interiores. Pensamos que el color adquiere gran importancia en la educación visual de los más pequeños. De esta manera, cada aula se llena de un color (verde, naranja, azul y gris) que penetra en la zona de acceso desde el pasillo y al exterior en la parte ciega de la carpintería. Los niños distinguirán su aula por el color convirtiéndose el asistir a clase en un juego. La dirección del centro ha colocado en cada patio interior apeos de labranza a modo de espacios expositivos al aire libre.











Fuentes:
+ Fotografía: Diego Opazo
   General de Ediciones de Arquitectura, 2009





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