Resulta difícil, por no decir imposible, acercarse a la arquitectura (aquí en minúsculas), y aún más desde el blog de un estudio, sin hacer referencia al complicado día a día que se nos presenta a la hora de levantar la persiana de un sitio como éste (como otros muchos del país); persiana cuyo peso está siendo lastrado, además de por un crak perfecto, por la sensación de que nuestro trabajo está siendo objeto, una y otra vez, del desprecio más evidente por parte de la Administración. De los tiempos del todo vale hemos pasado, sin solución de continuidad, al “ahora os vais a enterar”, que parece vocear a los arquitectos la propia Administración (central o autonómica); la cual cosa os aclararé si seguís el rastro de este enlace. Además de cuestiones domésticas, espero -en breve- dedicar este cuaderno a compartir, con todo aquel que se interese por la Arquitectura (ahora sí), el trabajo de distintos arquitectos cuya trayectoria demanda una mirada atenta.
Que lo haya bautizado como arquitectura zona cero tiene que ver con el estado de ánimo fruto de lo anterior. La prueba de esto viene en lo que sigue: los CONCURSOS de arquitectura. Espero tener tiempo (desgraciadamente creo que lo tendré) para referirme de manera extensa, y también precisa, a mi experiencia personal como arquitecto en este campo de las convocatorias públicas –algunas no tan públicas- de características muy parecidas al salvaje oeste americano donde la ley, si existe, está a una semana de camino o, si está cerca, mejor hubiera sido no acudir a ella en busca de auxilio.
Veamos dos recientes concursos -recientes según la escala de tiempo de la Administración que es distinta a la del resto- convocados, ambos, para el proyecto y la dirección de obra de sendos colegios de infantil y primaria en dos comunidades distintas. Corresponden, los dos, a la categoría de SERVICIOS de acuerdo con la calificación administrativa de la LCSP.
A) CEIP en Villamalea (Albacete) convocado por la Consejería de Educación de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha.
Convocatoria: 11 mayo de 2011
Presentación: 11 agosto de 2011
Nº de participantes admitidos: 52
Baremación de la segunda fase (la propuesta técnica): 27 de septiembre de 2011
Apertura de la oferta económica: 27 de septiembre de 2011
Desistimiento a la adjudicación del contrato: 14 de diciembre de 2011
B) CEIP en La Adrada (Ávila) convocado por la Consejería de Educación de la Junta de Comunidades de Castilla y León.
Convocatoria: 24 de mayo de 2011
Presentación: 1 septiembre de 2011
Nº de participantes admitidos: no se ha podido determinar ya que no se ha publicado
Baremación de la segunda fase (la propuesta técnica): no se ha producido
Apertura de la oferta económica: no se ha producido
Desistimiento a la adjudicación del contrato: 11 de enero de 2011
La documentación exigida era, en ambos casos, muy similar; se demandaba, además de una experiencia previa en el objeto del contrato -cuestión que, obviamente, era necesario asegurar con gran cantidad de sellos, compulsas y anexos-, la elaboración de una Propuesta (que gustan de llamar técnica) del colegio a nivel de Anteproyecto(*) a la que debía acompañar una Memoria y el Cuadro Comparativo de superficies; Cuadro de Repercusión Económica y un Programa de Trabajo en el caso particular de Villamalea.
(*) Tres A-3 en Villamalea
En La Adrada A-3 sin limitación de número
En el primero de ellos la Administración autonómica de manera unilateral, y ya con el concurso baremado, aduciendo razones tanto de índole de planificación como económicas (léase recortes) desestima la adjudicación del contrato y, acto seguido, remite la correspondiente comunicación a los participantes. En el segundo caso -La Adrada- también se acuerda la suspensión por motivos presupuestarios y se remite el correspondiente acuse de recibo de la resolución a los equipos.
En ambos casos, nos hemos puesto en contacto con las respectivas consejerías para exigir un mínimo resarcimiento económico del trabajo presentado dado que la convocatoria era pública y, se supone, contaba con la asignación presupuestaria exigida según la LCSP, necesaria para lanzar el concurso a pública concurrencia; no sólo a nivel nacional sino también europeo. La contestación de la Administración (nunca por escrito) se limita a invitarnos a releer el Pliego para comprobar que no se especificaba indemnización alguna en caso de que la Administración optase por la Revocación del contrato objeto del concurso. Es decir: NADA.
Seguidamente, ponemos vía email en conocimiento de los colegios respectivos: el COACM y el COACL, los resultados de los respectivos concurso para interesarnos por si existía, a nivel colegial, alguna comunicación de los participantes con la idea de formalizar un frente común ante la Administración. Resultado: NADIE CONTESTA
De igual manera, remitimos el asunto a la oficina de concursos del COACV: la OCOA indicando la oportunidad de lanzar desde la WEB el resultado a los colegiados asociados e, incluso, que actúe la Asesoría Jurídica de la OCOA, ya que ambos concursos están alojados en esa plataforma. Resultado: NADIE SE DA POR ENTERADO.
Por último, acudimos al CSAE. Esta vez nos contestan (gracias) indicándonos lo que ya nos había adelantado la propia Administración: si no está en el Pliego no hay nada que hacer. Obviamente los tribunales siempre están a disposición de quien quiera acudir a ellos.
Hasta aquí lo que ha ocurrido en dos de los 7 concursos que -en nuestra cartera- quedan pendientes de resolver del 2011. Me indicaban, desde el CSAE, que ésta es la tónica general de la Administración para muchas convocatorias pendientes de adjudicación: EL DESESTIMIENTO. Lamentablemente, estas actuaciones no son nuevas, las convocatorias en este tipo de concursos (los de servicios) están plagadas de irregularidades y abusos que intentaré ‑aunque sea remontándome a concursos ya vencidos- ir desgranando en algunas entradas posteriores.
Visto lo visto, se me antoja como un chiste (de muy mal gusto por cierto) lo que se leía (y exigía) en el PPT de La Adrada en el apartado Planos de la propuesta técnica (transcribo):
-Esquemas desarrollando las secciones constructivas características del cerramiento tipo, incluyendo los encuentros con las aceras, soleras, forjados.