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Ricardo Bak Gordon, dos casas en Santa Isabel, Lisboa (Fot.: Fernando Guerra) |
Embarcados en el catálogo de la VIII BIAU, la marea nos trae de regreso a la orilla oriental del Atlántico que baña la vecina Portugal, de la mano del equipo luso BAK GORDON, capitaneado por el arquitecto Ricardo Bak Gordon (1967), para mostrarnos una pequeña, y exquisita, obra residencial encajada en la compacta trama de la capital portuguesa: Dos Casas en Santa Isabel, en Lisboa (2010). Ricardo Bak Gordon pertenece a esa generación de arquitectos lusos que, como sus antecesores, sorprende por la altísima calidad de su producción, dando nombre -y también pregunta como ya apuntó Jorge Figuera en el artículo de la revista AV Monografías 155 Portugal- a la etiqueta “Arquitectura Portuguesa” (¿Existe, realmente, la arquitectura portuguesa?).
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Ricardo Bak Gordon, Almazara de Marmelo |
Ricardo Bak Gordon, junto con un extensísimo ramillete de arquitectos lusos, muestra, a mi entender, una manera de enfrentarse al hecho arquitectónico que mira más hacia Europa y no tanto a la estela autóctona que en las últimas dos décadas ha estado, de manera casi omnipresente, dibujada por el magisterio de las dos grandes figuras portuguesas: Álvaro Siza Vieria y Eduardo Souto de Moura. Ricardo Bak Gordon demuestra una enorme variedad de recursos que hace cada una de sus obras distinta a la anterior; no existe pues, un discurso lineal o método, sino más bien una respuesta específica al lugar y al programa. Dos piezas anteriores en el tiempo a la que el arquitecto nos introduce a continuación, corroboran la estrategia proyectual de Bak Gordon.
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Ricardo Bak Gordon, ES Sant Denis, Lisboa |
En la reforma y ampliación de la Escuela de Secundaria Sant Denis, en Lisboa (2008) -que ya introduje brevemente en este cuaderno en Portugal / Parque Escolar- el autor echa mano de una geometría orgánica y compacta para encajar, y conectar, entre los bloques preexistentes del colegio el programa de ampliación. El autor “disuelve” la ampliación haciendo que la vista resbale por sus esquinas redondeadas introduciendo una continuidad visual en los blancos planos de fachada a modo de una cinta sin fin. Por el contrario, en la propuesta para la Almazara de Marmelo, en Ferreira de Alentejo (2010), el arquitecto prepara un objeto, casi una escultura, para ser visto de lejos que se apoya en la tectónica de la potente estructura; un guiño, entre otros, a la arquitectura brasileña de la Escuela Paulista.
Del autor.........................
Tal vez lo más importante de este proyecto sea el deseo de referirse a la ciudad existente dentro de la ciudad. Los lugares interiores de la ciudad, cuya matriz se originó anclada en la calle, en la plaza y en la manzana. Hay muchos de estos lugares en Lisboa. Más o menos antiguos, más profundos o más abiertos al cielo, pero siempre fuertemente impenetrables. Esta “otra ciudad”, tantas veces abandonada e insalubre, puede ser recuperada, dando lugar a una red de lugares, una especie de superposición de mallas capaz de ofrecer una regeneración en el tejido urbano.
Todo esto tiene que ver con el proyecto para dos casas construidas en medio de un bloque en Santa Isabel, un emplazamiento con una superficie cercana a los 1000 m2 que anteriormente ocupaban naves semi-industriales y cuyo acceso se realizaba a través de un pequeño local comercial. El programa preveía la construcción de dos casas, una de mayor tamaño destinada a la vida diaria de una familia, y otra, el tipo T2, para ser alquilada. Todo ello con una superficie aproximada de 400 m2 construidos que la normativa permitía en sustitución de las dos naves existentes. Del lugar destacaba el protagonismo del espacio vacío frente a lo construido, y la envolvente vertical materializada por la fachadas de los edificios vecinos, lo que sugería, por contraste, un edificio muy horizontal.
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Ricardo Bak Gordon, dos casas en Santa Isabel. Planta, cubierta y secciones |
De este modo levantamos una casa con espacios muy regulares y jerarquizados –los vacíos- alrededor de los cuales gravitaban los espacios habitacionales. Un primer patio, de carácter más público, situado entre las dos casas, sirve de recibidor y distribuidor. Dentro de la vivienda caminamos entre patios y jardines; unos más contemplativos, otros de mayor tamaño con un uso concreto con árboles que irán creciendo, ajustando su tamaño en relación al tiempo.
De forma casi obsesiva, la casa se construye exclusivamente de hormigón armado para quedar visto. Los bordes perimetrales quedan cubiertos por un verde trepante (elemento natural cambiante), mientras que los otros muros y la cubierta se dejan como están, a la vez poderosos y delicados para resistir la presión del entorno.
A través de estos lugares se crea una ilusión de confrontación positivo/negativo, entre la construcción encerrada y el vacío que estructura el espacio. Entre “el interior” y “el exterior” las ventanas de acero, de menor ancho donde se requiere un filtro y más anchas para proporcionar una generosa amplitud. Quien llegue de fuera tiene que entrar por una puerta amarilla, marcando y destacando el momento de llegar a casa.
Fuentes:
+ Fotógrafo: Fernando Guerra
+ VIII Bienal de Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo. Cádiz, 2012
+ Proyecto Premiado en el FAD 2011
+ Proyecto nominado al Premio Mies van der Rohe, 2011
+ 2G Magazine, nº 64. Bak Gordon. Edit. GG
+ AV Monografías, nº 155. Portugal
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