Forma parte ya del lenguaje cotidiano denominar Zona Cero a aquel espacio (físico o no) que ha sido objeto de un acontecimiento de tal magnitud que, automáticamente, pone el contador a cero en la historia particular de ese sitio (físico o no): primero para que no se olvide y, segundo, para que todo pueda ser reformulado desde ese nuevo punto de partida. El momento actual de crisis generalizada puede convertirse (si no lo ha sido ya) en la Zona Cero para la arquitectura en nuestro país: un espacio de tiempo, concreto, a partir del cual nos veremos obligados a buscar nuevos caminos. / Forms part of everyday language to call Zero Zone to that space (physical or not) that has undergone an event of such magnitude that automatically sets the counter to zero in the particular history of that site (physical or not): first so that is not forgotten and, second, so that everything can be reformulated from this new starting point. The present time of general crisis can become (if it has not already been) at Zero Zone for Architecture in our country: a space of time, concrete, from which we will be forced to seek new ways.

23/12/12

FRANCIA ESCOLAR / ESCUELA MATERNAL DE GAËTAN LE PENHUEL EN EPINAY-SUR-SEINE

Gaëtan Le Penhuel, Escuela Maternal La Venelle, 2008
El arquitecto parisino que da nombre al Atelier Gaëtan Le Penhuel architectes, llevó a cabo en el 2008 una interesante intervención en un grupo escolar existente en el municipio de Epinay-sur-Seine, en la región de la Isla de Francia. El colegio objeto de la ampliación ocupa una amplia parcela caracterizada por la importante masa arbórea, con algunos ejemplares de gran porte. La posición retrasada de la antigua escuela, respecto de la alineación más cercana a la población, junto con la presencia del importante telón vegetal, se incorporaron al proyecto que Gaëtan Le Penhuel llevó a cabo con esta ampliación para dar cabida, en una nueva ala, a la Escuela Maternal La Venelle con un programa de seis aulas (distribuidas en dos niveles), comedor escolar y biblioteca.


Gaëtan Le Penhuel, Escuela La Venelle, planta baja y sección  por el bloque de acceso 
El equipo dibuja la nueva ala de la escuela con una secuencia de prismas que partiendo de un bloque completamente alineado con la directriz de la calle, va laminándose, y ajustando su orientación, hasta encontrarse con la trama de la antigua escuela; la unión se realiza, funcionalmente y a modo de charnela, mediante la entrega de las dos piezas de mayor dimensión del nuevo colegio: el comedor y la biblioteca que, además, se desarrollan en un única planta a diferencia del bloque de aulas.



Gaëtan Le Penhuel  hace referencia, en la memoria de la actuación, a la estrategia empleada en esta pequeña intervención: la utilización de una serie de prismas engarzados de sencilla volumetría -con uno de ellos que se ofrece como imagen reconocible del colegio volcado hacia la población-, envueltos en un enlistonado de madera, con el fin de que se fundan con los troncos de los árboles que pueblan la parcela; una interesante recurso de mimesis entre la preexistencia vegetal y la envolvente del nuevo centro.

Lo más relevante de la actuación no está, sin embargo, en la delicada piel que enfunda la propuesta, sino en el interior; la idea del arquitecto de conectar con lo vegetal -la madera- le lleva a hacer una apuesta global en el uso de este sensual material como parte de la tectónica del centro.

El equipo de  Gaëtan Le Penhuel  diseña un entramado portante completamente ejecutado en madera: pies derechos, jácenas, e incluso los forjados; estos últimos realizados mediante paneles premontados, a base de tablones, que una vez en obra se encajan entre la serie de correas de madera que dan forma a las plantas. El universo de madera, ese material táctil, suave, que evoca en nuestra memoria (y en la de los pequeños usuarios) cosas cercanas que se pueden tocar: un mueble, una cabaña, un juguete…construye también el interior del centro; con él se completa la sección del comedor y de la biblioteca mediante esbeltas vigas laminadas entre las que se disponen los lucernarios; también se incorpora, allí donde el falso techo se hace necesario, como tersos planos de tablones que esconden las instalaciones o, simplemente, se presenta como una tabla que dará forma a un banco en el que descansar las mochilas.

Gaëtan Le Penhuel, montaje de la estructura de madera (arriba) y jácenas del comedor (abajo)
El Atelier Gaëtan Le Penhuel architectes tiene una larga experiencia en este tipo funcional. Recientemente, en el 2011, el equipo parisino ha concluido la intervención, también de reforma y ampliación, en un grupo escolar existente: el Grupe Sant-Exupéry, en Sarcelles, en la que, de nuevo, construyen una nueva ala de ampliación con una sugerente imagen en la que un prisma de dos alturas proyecta, en uno de los frentes  y con un potente voladizo, parte de su planta superior, delicadamente vestida en madera, para dar lugar a un gran ventanal de vidrio que se convertirá en la imagen reconocible del centro hacia la población.

Gaëtan Le Penhuel, Grupe Sant-Exupéry, 2011 











Fuentes:
+ Fotógrafo: Hervé Abbadie
+ Europaconcorsi