FRAR / Frei
Rezakhanlou architectes / Lausana y Ginebra
Eric Frei y Kaveh
Rezakhanlou, arquitectos
Colegio de La
Combe Cugy, Cantón de Vaud. Suiza. 2008
Fotografía: Thomas Jantscher, Jean-Michel Landecy, FRAR
Preparado para ser
visto desde la lejanía y en medio de la campiña en la población de Cugy, en el
cantón francófono de Vaud, el equipo suizo FRAR
completó en el 2008 un interesantísimo centro escolar resuelto con un prisma
apaisado y compacto que descansa sobre la alfombra de vegetación que lo rodea.
Si el exterior es preciso, una caja envuelta en delicados tablones de madera,
sobre la que se recortan unos grandes ventanales corridos, el interior resulta
sorprendente por su exquisitez; la compacta planta rectangular, que se resuelve
con una seriación de aulas y despachos apretados entorno a las fachadas, se
organiza “girando” alrededor de un medido vestíbulo central iluminado por un
estricto patio enfundado en una limpia piel acristalada.
La paleta de
materiales y la solución espacial del pequeño colegio se caracterizan por su
contención, la lógica constructiva y la exquisitez en el detalle. Un delicado amarillo alfombra los planos horizontales y pasa a ser –el color, la sensación- el nexo
de unión entre las plantas. Esta alfombra amarilla asciende por las escaleras
-trepando de planta a planta-, y sirve como plano de referencia sobre el que se
recortan, y descansan, los paneles perforados con los que los arquitectos
resuelven los acabados de las circulaciones y los frentes de taquillas. Al
final, la luz que penetra por las pequeñas “loggias”, el lucernario de cubierta
y el patio, se refleja en el suelo creando una delicada atmósfera interior
envuelta en un suave tono amarillo.
FRAR cuenta con
una consolidada trayectoria entre la que destaca distintas piezas escolares,
asistenciales y residenciales. Dos de ellas, las más recientes, han sido objeto
de distintas publicaciones y exhibiciones en su país: la Guardería y Escuela en Chermignon (arriba, izquierda) y el sorprendente Espacio Multifuncional en Lausana
semienterrado en un talud (abajo, derecha).
(De los autores)
Con el bosque de
Jorat como fondo, el edificio se concibe como un volumen simple y compacto en
la parte más alta de la parcela en cuestión. Un nuevo espacio publico se
configura enfrente del edificio, enfocado hacia el pueblo, mostrándose e
invitando a su uso.
El edificio cuenta
con un total de 16 aulas destinadas a la enseñanza secundaria, con varias salas
de actividades especiales y dependencias para los profesores. Además, alberga
una cafetería y una sala doble de deporte con capacidad para 300 espectadores,
una vez las gradas móviles han sido desplegadas. Como resultado de todo este
programa, se obtiene una espacialidad interior mucho más compleja que la que el
volumen exterior muestra.
El proyecto
intenta introducir una nueva tipología en edificios escolares, al utilizar
dimensiones normalmente asociadas a construcciones industriales o almacenes. El
colegio sigue técnicas constructivas que se toman prestado de la industria con
medianas y grandes luces, resueltas todas ellas con vigas de acero.
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FRAR, Colegio La Combe, Gugy. De arriba a abajo, planta baja, planta tipo y secciones |
Los balcones se
introducen en cada planta para dar un carácter mas domestico a los interiores,
a la vez que dotan a las fachadas de mayor profundidad. La piel está conformada
por madera autóctona, muy presente en el pueblo de una manera característica.
Los diferentes tamaños de los tablones verticales dotan al edificio de una
percepción mas rica e institucional. Construido en 16 meses, el edificio
utiliza materiales ligeros de acuerdo con criterios de sostenibilidad muy
estrictos.
(Text in English)
With the forest of Jorat as background, the new building is
conceived as a simple compact volume in the upper part of the designated land.
A new public space is hence created in front of the building, looking towards
the old village and extending an invitation to it. The building contains a full
secondary school programme of 16 classrooms with several special activities
classrooms and teacher’s quarters. there is also a cafeteria and a twin sports
hall with a capacity of 300 spectators once the movable seatings are deployed.
As a result, the interior is spatially more complex than the exterior would let
believe.
The project tries to introduce a rather new typology in
school buildings using dimensions normally associated with industrial buildings
or warehouses. Construction techniques are also borrowed from industry with
medium to wide spans, all in steel. Balconies are inserted in each floor in
order to give a more domestic character to the interiors and more depth to the
facades. The skin is in indigenous wood, quite present in the village as a
whole. The different sizes of the vertical boards attempt to portray a richer,
more refined public building. Built in 16 months, the building uses light
materials fully in line with very strict environmental criteria.
Fuentes:
+ Premios / Awards:
SZS Prix
Acier 2009 / Mention
Lignum
Prix bois 2009 / Mention
Velux
Daylight-Award 2010 / Nomination
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