Forma parte ya del lenguaje cotidiano denominar Zona Cero a aquel espacio (físico o no) que ha sido objeto de un acontecimiento de tal magnitud que, automáticamente, pone el contador a cero en la historia particular de ese sitio (físico o no): primero para que no se olvide y, segundo, para que todo pueda ser reformulado desde ese nuevo punto de partida. El momento actual de crisis generalizada puede convertirse (si no lo ha sido ya) en la Zona Cero para la arquitectura en nuestro país: un espacio de tiempo, concreto, a partir del cual nos veremos obligados a buscar nuevos caminos. / Forms part of everyday language to call Zero Zone to that space (physical or not) that has undergone an event of such magnitude that automatically sets the counter to zero in the particular history of that site (physical or not): first so that is not forgotten and, second, so that everything can be reformulated from this new starting point. The present time of general crisis can become (if it has not already been) at Zero Zone for Architecture in our country: a space of time, concrete, from which we will be forced to seek new ways.

Newsletter 15 / 15_5_2014

Estimados colegas y amigos de arquitecturazonacero:
Desde Frankfurt, el estudio Birk Heilmeyer und Frenzel Architekten (del que, tiempo atrás, hice una breve reseña de su trayectoria al hilo de dos espléndidas obras entre las que destaco su premiada y shujoviana torre en el bosque de Hemer, que os recomiendo), vuelven con una delicada pieza destinada a Centro de Día para niños. Un modulado prisma de dos alturas, animado por un luminoso corazón central y ejecutado con un esqueleto de madera, perimetrado por un logia de acero galvanizado; pensado (y preparado en taller) para su repetición en distintos solares de la capital financiera de Europa.
          

De nuevo, el equipo holandés Korteknie Stuhlmacher Architecten, nos presenta una pieza donde la tectónica de la madera es protagonista: una segunda residencia, para una extensa familia holandesa, insertada en los terrenos ganados al mar en un tradicional dique holandés. Con una imagen, y organización, que recuerdan a las construcciones agrícolas de la zona, principalmente al granero y al establo, el estudio prepara una agrupación de volúmenes muy simples, ejecutados (como las obras anteriores) completamente en madera, mostrando al interior, con sus suaves y cálidos planos que envuelven todas las estancias, las infinitas posibilidades de este material milenario. 
  

Por último, me acerco a la obra residencial del estudio esloveno Arhitektura Krusec, para haceros llegar un par de propuestas, de hace ya algún tiempo, del tándem de Lubiana: dos piezas bien distintas; una residencia unifamiliar que ofrece una nueva vida a un viejo caserón alpino, en primer lugar, y, también, un interesante bloque residencial con ocho viviendas, en el que ensayan una interesante combinación de unidades (dúplex y viviendas a un solo nivel), echando mano, en los dos casos, de la tersura y el color de los revestimientos continuos para su definición exterior. 
   

Corazón de madera, piel de acero / Centro de día para niños en Frankfurt 





Casa de campo en Goedereede, Holanda






Pieles tersas / Dos proyectos residenciales en Eslovenia 



Saludos
agustín malonda albero, arquitecto