CONCURSOS / TAMPOCO HAY TRES SIN CUATRO

CONCURSOS DE DIRECCIONES DE OBRA EN ANDALUCÍA


Lo de no hay tres sin cuatro es continuación -por desgracia- de lo iniciado en la entrada del día 15 de junio en la que comentaba los resultados de tres concursos de dirección de obra lanzados en mayo (los tres previstos para el mismo día) por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía. Lo que allí denominaba –con humor- como un drama continuado, se ha visto confirmado a la luz del listado de los resultados provisionales de un cuarto, e idéntico, concurso convocado unas semanas después, el 28 de ese mismo mes: un concurso abierto para la dirección de obra, dirección de ejecución, coordinación de seguridad y salud para el CEIP Nuestra Señora del Carmen en Esquivel (Sevilla). Las bases y exigencias han sido idénticas a los tres anteriores; pero no su dotación económica: 58.686,92 € (sin iva)

A    La oferta económica. Con un límite establecido para el concepto de “anormalidad” (temeridad) para aquellas que excedan en 10 puntos porcentuales la media aritmética de las ofertas presentadas. No computándose para el cálculo del valor medio aquellas ofertas que presenten una baja mayor del 20% del tipo. (35 p)

B)   Mejoras sin repercusión económica.

B.1) Número de visitas mensuales (24 p.):

arquitecto:  1 (mín.), 4 (máx.)

     arquitectos técnicos: 4 (mín.), 8 (máx.)

B.2) Compromiso de presencia en obra -de al menos un técnico- en un tiempo máximo  (20 p):  de 48 hasta 12 h
B.3) Técnicos Adicionales (sin misión facultativa) y distintos al Equipo Técnico Mínimo (21 p), con un máximo puntuable de tres técnicos adicionales (no se exige para estos profesionales experiencia mínima)

Como era previsible, el número de compañeros que hemos acudido a la convocatoria ha sido notable: casi 90 equipos; también era igualmente esperable que el alcance de las bajas económicas ofertadas fuera bastante alto; incluso, con la posibilidad de incurrir en “temeridad” como, por otro lado, ha ocurrido de manera general en los tres concursos anteriores, en los que el 80% de los participantes hemos sido llamados a presentar la pertinente justificación. A mi entender, la apertura de las ofertas nos muestra un panorama mucho más desolador de lo que inicialmente se podía prever: más que una serie de cifras que tienen que ver con los honorarios por una prestación de un servicio profesional, se nos muestran con toda la crudeza con el cartel de SÁLVESE QUIEN PUEDA (o quien tenga arrestos, o restos patrimoniales, para aguantar).

Algunas de las bajas ofertadas han superado el 60% del tipo (y siempre respetando la legítima libertad de quien la hace) anuncian un panorama desolador que posiblemente, y como he venido anunciando en este mismo cuaderno, nos conduzcan (si no estamos ya) a un callejón sin salida.

Ni la nueva Ley de Contratos, ni las actuaciones tanto del CSCAE como de los Colegios, y sus representantes, han servido para nada; tampoco, ha tenido fruto alguno, completar los contenidos de las distintas Oficinas de Concursos (OC..) con nuevas entradas de seguimientos de los concursos (en realidad una base de datos, no más) y alegaciones a algunos de ellos. Entiendo que se se hace necesario una auténtica renovación, una catarsis, que pueda devolver a nuestro colectivo lo que nunca debió perder: su prestigio.  


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