Forma parte ya del lenguaje cotidiano denominar Zona Cero a aquel espacio (físico o no) que ha sido objeto de un acontecimiento de tal magnitud que, automáticamente, pone el contador a cero en la historia particular de ese sitio (físico o no): primero para que no se olvide y, segundo, para que todo pueda ser reformulado desde ese nuevo punto de partida. El momento actual de crisis generalizada puede convertirse (si no lo ha sido ya) en la Zona Cero para la arquitectura en nuestro país: un espacio de tiempo, concreto, a partir del cual nos veremos obligados a buscar nuevos caminos. / Forms part of everyday language to call Zero Zone to that space (physical or not) that has undergone an event of such magnitude that automatically sets the counter to zero in the particular history of that site (physical or not): first so that is not forgotten and, second, so that everything can be reformulated from this new starting point. The present time of general crisis can become (if it has not already been) at Zero Zone for Architecture in our country: a space of time, concrete, from which we will be forced to seek new ways.

1/11/12

MOSAICO BALCÁNICO / RANDIC-TURATO EN KRK (CROACIA)

Randić-Turato, Escuela de Primaria en Krk
En ocasiones los dioses que vigilan para que la Arquitectura siga emocionando, se conjuran para hacer coincidir, en un determinado momento y lugar, los tres ingredientes básicos para que un proyecto y obra se conviertan en un referente: un lugar al que sacarle punta; el binomio cliente/programa que permita cierto grado de libertad para trabajar, y un arquitecto o equipo de arquitectos que crean en lo que están haciendo. Estas premisas, tal vez no de manera tan poética, debieron darse en algún momento en el periodo de tiempo entre el 2003 y el 2006 para concebir, y levantar, la Escuela de Primaria Fran Krsto Frankopan en la, para nosotros impronunciable, población de Krk en Croacia.
Respecto del lugar, del que hablaré más adelante, las fotografías introductorias a esta nota nos lo muestran. En relación al tándem cliente/programa, el primero de ellos público, el Ayuntamiento, promovió previamente un concurso para localizar la mejor situación de la nueva infraestructura dentro del centro histórico, junto con el programa que, aunque acotado por las lógicas rigideces de su uso que exige componentes sujetos a unas estrictas características de diseño y superficies, como son los espacios docentes, los dos, permitieron, no obstante, cierto grado de maniobra para que este proyecto se extienda más allá de los límites de sus propios muros. Por último, la pareja de arquitectos que dan nombre al estudio de Rijeka (Croacia) Randić-Turato, Saša Randić e Idis Turato, no sólo creen en aquello que llevan entre manos sino que, además, se empeñan en demostrarlo. Suyas son distintas piezas que han trascendido de su Croacia natal viajandoa través de la red de redes y por distintas publicaciones europeas –entre ellas la española Arquitectura Viva - como por ejemplo dos modelos más de arquitectura escolar: la Guardería Katarina Frankopan, a las afueras de KrK y la Escuela de Primaria y Guardería en Pula; además del sorprendente Pabellón Papa Juan Pablo II en Rijeka (2008) y el Lapidarium Museum en Novigrad.

Randić-Turato, Jardín de Infancia en Krk
















Randić-Turato, Escuela y Guardería en Pula




















Randić-Turato, Pabellón Papa Juan Pablo II en Rijeka y Lapidarium Museum en Novigrad

El emplazamiento, sin duda, colmaría los deseos de cualquier arquitecto que se precie. La impronunciable Krk es el núcleo más importante de la isla con idéntico nombre: un islote en la costa adriática de Croacia, con un poblado colgado de lo alto de un risco volcado al exuberante azul del Adriático. La ciudad histórica anuncia con sus murallas que fue, por su localización, un bocado apreciado a lo largo de la historia; austríacos e italianos se sucedieron en la conquista de enclave. Randić-Turato leen lo que la historia escribe en la compacta trama urbana de Krk y proponen una pieza que comulgue con lo existente; para ello, y como idea generadora del proyecto, la pareja de arquitectos se empeñan en hacer partícipe la nueva escuela de la estructura de la ciudad amurallada.


El patio del colegio será la calle y su valla las antiguas murallas. Una idea congelada en las dos instantáneas del fotógrafo Robert Leś, que nos devuelve a tiempos no demasiado lejanos en los que la escuela, el ayuntamiento, la iglesia y el mercado cohesionaban los barrios y, por ende, las ciudades. Hoy los colegios se llenan de cámaras de video vigilancia; los ayuntamientos (como instituciones) son un problema; las iglesias se desmoronan y los mercados se transmutan en periféricos híbridos lúdico-comerciales de impactante presencia.



Randić-Turato, Escuela de Primaria en Krk, plantas

Randić-Turato trabajan la inserción de la nueva escuela como cirujanos, ajustando la planta del recinto escolar al espacio vacante dejado por un antiguo monasterio, y plegando el programa en una cinta en forma de “Z” que continua, por un lado la trama urbana a través de la calle de acceso, abriéndose, al interior de la parcela, hacia el espacio que protegen las murallas donde se ubican las pistas deportivas. La voluntad de crear ciudad  la llevan hasta el límite localizando el gimnasio al otro lado de la calle construyendo un solar existente. La calle, como patio, admite una pieza que, normalmente, debe formar parte del recinto escolar porque la escuela es, en sí misma, un pedazo de la población.

Randić-Turato, Escuela de Primaria en Krk, sección

La misma adecuación que se observa en el esquema organizativo del colegio, se continúa en su definición volumétrica y en el trabajo de las secciones además de los recorridos. Los arquitectos no dudan en doblegar la rigidez de los planos de los forjados para ir adaptándolos, mediante sutiles rampas y cambios de cota, al importante desnivel que presenta la ciudad amurallada en este punto de su trama.

Randić-Turato, Escuela de Primaria en Krk, sección
La adecuación del nuevo edificio a la topografía se lleva hasta el extremo de que su envolvente se quiebra bruscamente, y sin complejo alguno, ofreciendo un perfil no continuo que parece dialogar con visual que generan las murallas. En la imagen lejana del nuevo colegio, éste asoma tímidamente por encima del dentado perfil de los muros defensivos como si siempre hubiese estado ahí.

Randić-Turato pese a trabajar en un recinto en el que el peso de la historia se aprecia en cada piedra, no olvidan el tiempo en el que el que actúan; de ahí que cuando reconstruyen la calle de acceso con los lienzos de su nuevo edificio, lo hacen empleando materiales y relaciones entre macizos y huecos que, en clave contemporánea, dialoguen con lo existente. Al interior de la parcela, los arquitectos despliegan su ideario más moderno reinterpretando la vieja idea del rectángulo apaisado que abarca toda la fachada, volando por encima de una planta completamente acristalada y que se proyecta del plano de fachada con potentes marcos de hormigón, resuelta toda ella con elementos de catálogo del tipo “muro cortina”.

La oficina de Rijeka remata el edificio con la misma idea que lo empezó, tomando prestado de la historia del lugar aquello que necesita para incorporarlo al proyecto, como en la solución de la modesta cubierta invertida (de nuevo el catálogo) resuelta con grandes ripios de la misma piedra que conforman los lienzos de las murallas. Lo dicho; un edificio al que sin duda retornaremos para recordarlo.


+ Fotógrafos: Robert Leś, Sandro Lendler
+ Primer premio del Piranesi Adwars 2005
+ Selección para el Premio Mies van der Rohe 2007
+ Nominación al Premio Mies van der Rohe 2011
+ Arquitectura Viva: Promesas del Este, nº 115
+ Archdaily