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Adecuación del yacimiento romano de Can Tacó (s. II a.C.) en el espacio natural de “Els turons de les Tres Creus” |
Toni Gironès Saderra, arquitecte
estudi d´arquitectura toni gironès
Adecuación del yacimiento romano de Can Tacó (s. II a.C.) en el espacio natural de “Els turons de les Tres Creus” (Montmeló-Montornès del Vallès). 2008-2012
“Pensamos los proyectos a partir de la experiencia cotidiana de las personas, identificando los umbrales de uso en relación al entorno inmediato, fomentando el intercambio y desdibujando los límites entre los diferentes espacios de relación. Al proyectar, intentamos entender de la manera más objetiva posible el lugar y sus condiciones, interpretando la arquitectura como un soporte para que el usuario interaccione con el medio, y pueda adaptarlo a sus necesidades. Trabajamos con los materiales atendiendo a sus propiedades físicas, a sus condiciones de uso y a las funciones para las que han sido pensados.”
estudi d´arquitectura toni gironès
Mons Observans: Adecuación del yacimiento romano de Can Tacó (s. II a.C.) en el espacio natural de “Els turons de les Tres Creus” (Montmeló-Montornès del Vallès). 2008-2012
(Del autor)
El yacimiento romano de Can Tacó se encuentra en el “Turó d’en Roina”, orientado a sur y 50 metros por encima de la confluencia de los ríos Congost y Mogent, en el nacimiento del río Besós y a unos 20 kms. de su desembocadura en el Mar Mediterráneo. Formando parte del conjunto “els Turons de les Tres Creus”, este enclave natural estructura la biodiversidad en un entorno muy fragmentado y antropizado por el hombre, y en él, se plantea recuperar tanto el patrimonio natural como el arqueológico.
Transitando por un pequeño bosque y sumergidos entre la masa de robles y encinas, descubrimos el yacimiento al final de un recorrido tranquilo y sinuoso; aparecen los restos de un palacio romano con una geometría clara de los espacios que lo formaban, con zonas de gran interés que deben ponerse en valor. Edificado por sucesivos aterrazamientos y en parte con piedra licorella del lugar, lo que había sido un importante asentamiento previo a la construcción de la Vía Augusta, es en la actualidad un mirador natural hacia las comarcas del Vallès.
Se interviene en el trasdós de las trazas romanas, reforzando el contenido (el espacio) y poniendo en valor el continente (los muros). Se trabaja con las tierras que con el tiempo taparon los restos y que se acumulan fuera del yacimiento producto de la excavación arqueológica. Estas tierras así como las gravas y rocas de la antigua cantera supuestamente romana, son seleccionadas y ordenadas pero con una nueva disposición, dotándolas de un nuevo significado.
Un primer mallazo de acero contiene las nuevas piedras, y éstas a su vez las tierras y gravas que conjuntamente, reproducirán los sucesivos planos horizontales al nivel por donde transitaban los romanos. Un segundo mallazo más denso y delgado, se dispone como cortinaje en el tiempo, como telón de fondo donde se proyectan los diferentes restos arqueológicos.
De esta manera piedra y acero, montaña e industria, conviven en estos paisajes de acumulación y, sin embargo, dinámicos por el contacto entre fragmentos; interpretando lo preexistente, poniendo en valor y activando, incorporando y no borrando, y al tiempo co-evolucionando con el medio intentando optimizar al máximo los recursos.
+ Fotografía. Aitor Estévez y Sabem.com Aeroproduccions
+ Proyecto Premiado en la XII BEAU
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