Nuestro despacho se presentó en diciembre de 2011 a un concurso abierto convocado por el Ministerio del Interior para la redacción del proyecto de un nuevo Acuartelamiento de la Guardia Civil en Úbeda (Jaén):
El resultado de la baremación técnica ha sido un auténtico mazazo para la mayoría de los equipos participantes como resultado del nivel, bajísimo, de las puntuaciones alcanzadas por la mayoría de los equipos concursantes: todas ellas por debajo de los 30 puntos exigibles, excepto en el caso particular de cuatro propuestas: 30/33,5/35 y 38,5. Al margen del resultado, que posiciona a uno u otro equipo con posibilidades de adjudicación, lo más preocupante (como profesional de la arquitectura) es lo que se puede deducir de una lectura directa de la Baremación: que de 72 equipos – entiendo que, la mayoría, con amplia experiencia en obra pública- únicamente 4 de ellos consigan rebasar el umbral de 30 puntos de los 40 asignados para este apartado no dice mucho de nuestro nivel profesional.
En los tiempos que corren es un resultado nada esperanzador para los 68 equipos restantes. Entiendo que el nivel de exigencia de los técnicos encargados de la baremación debe ser acorde con el objeto arquitectónico que se ofertaba pero, éste (el acuartelamiento) responde a una tipología arquitectónica a la que un arquitecto (o arquitectos) pueden enfrentarse con solvencia: de ahí que no se comprenda la media alcanzada en las valoraciones de las distintas propuestas. En nuestro caso, entendemos, que la propuesta presentada al concurso merecía (y esto es una valoración personal/profesional) al menos, lo que coloquialmente denominaríamos como “un aprobado”. Ya que el premio está muy caro obtenemos, al menos, un mínimo reconocimiento por nuestro trabajo.
Este resultado recuerda, desgraciadamente, a otro caso similar ocurrido, esta vez en la administración autonómica, en las distintas convocatorias celebradas a lo largo del 2010, y parte del 2011, por el Consell Valencià de l´Esport; concretamente para la Dirección de Obra ofertada para el polideportivo en Nou Moles en la ciudad de València. Tanto para éste como en algunos anteriores, y también posteriores, el nivel de la baremaciones de las Memorias y Programas de Trabajo fue tan bajo, con excepción de contadas propuestas, que suscitó una reclamación general por parte de los concursantes, y obligó al CVE a una nueva revisión de los criterios de baremación; no sirvió de nada ya que los técnicos se supervisión se ratificaron en su valoración inicial. La sorpresa fue mayúscula cuando, y una reunión solicitada por mí con el arquitecto jefe del organismo, nos enteramos que dicha valoración, y posterior baremación, había sido realizada por una empresa externa (consulting) contratada al efecto por el CVE ya que – y como me dijeron- dicho organismo no disponía de los medios técnicos suficientes para la supervisión de tal cantidad de ofertas. Inmediatamente puse en conocimiento del COACV el tema y, tras varias comunicaciones con la Asesoría Jurídica, desistí de cualquier reclamación ya que ésta pasaba por acudir a la administración ordinaria, o lo que es lo mismo: iniciar un pleito.
Respecto a lo indicado al principio de la entrada: el concurso en Úbeda, hemos remitido, inmediatamente, a las arquitectas supervisoras del Departamento de Infraestructuras del M.I., una petición para la revisión de la baremación: estamos a la espera; aunque me da la impresión que será necesario insistir con algo más que una simple carta de petición certificada.