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Castillo-Miras Arquitectos, Rehabilitación de la Torre Nazarí en Huércal-Overa. Almería (Fot. Fernando Alda) |
De la interesante trayectoria del equipo con estudio en Almería: Castillo-Miras arquitectos, formado por el tándem Luis Castillo y Mercedes Mira, destacan, por su especial sensibilidad, aquellos trabajos en los que la pareja se encuentra con lo existente. La intervención y rehabilitación tanto de edificios históricos como otros de carácter paisajístico, jalonan la obra del joven estudio almeriense; entre éstas nos encontramos piezas que han viajado por la red en las páginas especializadas y, también, en distintas publicaciones nacionales y europeas. Rehabilitaciones como la Torre Tahal, la Huércal-Overa (a continuación) o la intervención en el conjunto histórico de los Hornos de Calcinación de Mineral en Lucainena de las Torres, todos ellos en Almería, nos muestra cómo trabajan los dos arquitectos cuando el peso de la historia se hace evidente. El último ejemplo, el de Lucainena, ha formado parte de la narración del último número de ArquitecturaViva (148) para mostrar distintas maneras de abordar las intervenciones (recuperaciones) de lo existente bajo el título Transformaciones.
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Estado previo |
En Huércal-Overa, una población al norte del levante almeriense, Castillo-Miras arquitectos trabajan sobre y con la historia para devolverla, una vez analizada, a la Memoria Histórica del pueblo y la comarca. La mole que domina el dentado paisaje de la serranía, es tan sólo un recuerdo de lo que fue: una fortaleza Nazarí que defendía una tierra que a lo largo de la historia ha sido un cruce de caminos de las principales pueblos del sureste ibérico: cartagineses, romanos, visigodos, musulmanes y cristianos. El pétreo farallón permaneció durante siglos olvidado y las cicatrices de la historia eran evidentes tanto al exterior como en el interior de la torre.
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Castillo-Miras Arquitectos, Rehabilitación de la Torre Nazarí en Huércal-Overa. Almería (Fot. Fernando Alda) |
Junto con una intervención paisajística del entorno del antiguo castillo, en el que se dota de un aparcamiento y un Centro de Visitantes, los arquitectos proponen un paseo al encuentro con la Torre a través de un serpenteante camino que bordea la ladera. En la atalaya, la estrategia de la intervención es (según los propios autores) extraer de la historia “lo verdadero”, lo intemporal, eliminando la capas añadidas de las que han de surgir los materiales originales: el ladrillo de las bóvedas, al interior, y, al exterior, la argamasa de los pesados muros de tapial.
Cuando, necesariamente, aparece “lo nuevo”, como en la recuperación del acceso original de la Torre, los autores buscan la diferenciación formal y tectónica de lo que se añade con lo que se mantiene; un juego de contrastes que pone en valor la patina original frente a lo que corresponde al tiempo actual, al presente. La escalera se embebe en un cilindro metálico, ligero, “de taller”, con la pátina pre-oxidada del acero “corten” (utilizado también en el Centro de Visitantes) que contrasta con la “potencia” de los lienzos originales de la mole. El interior va descubriéndose mientras se recorre e invita a asomarse al exterior con la Torre convertida en un magnífico mirador volcado sobre el duro paisaje almeriense.
Fuentes:
--------------------------------------------------------------------------COCINÁNDOSE