|
Ventura-Virzi arquitectos, Casa de Ladrillos en Buenos Aires (Argentina) 2011
|
Hace unos meses cruzamos “el charco” para acercarnos, en las tres entradas tituladas Enseñanzas Brasileiras, a lo más destacado de la arquitectura escolar brasileña de los últimos años; hoy, emprendemos idéntico viaje para recalar en el país hermano, Argentina, de la mano de una pieza exquisita del estudio bonaerense Ventura-Virzi, formado por el joven tándem de arquitectos Daniel Ventura y Andrés Virzi, con oficina en la capital porteña: una vivienda unifamiliar, encajada en un estricto solar del denso Buenos Aires, que la joven pareja piensan, y construyen, tomando como base una de las piezas más sencillas y nobles que ha dado la arquitectura: el ladrillo.
En el breve texto que sigue, los autores nos hablan de la poética de la construcción como punto de partida de su propuesta. Los arquitectos porteños, junto a un buen puñado de compañeros del otro lado del Atlántico, presentaron en la VIII BIAU. Bienal Iberoamericana, su obra más reciente que, y como conocíamos desde la Vieja Europa, sorprende tanto por su frescura, como por la especial lectura que hacen del legado del Movimiento Moderno y, además, entre otras, por la mágica comunión, que muchos arquitectos presentan en sus obras, entre la modernidad y la arquitectura que hunde sus raíces en la tradición tipológica y constructiva latinoamericana.
(De los autores).........................................................................................................................................
Kenneth Frampton considera la Tectónica no solo como una “mera revelación de la técnica constructiva, sino, más bien, a su potencial expresivo. La tectónica adquiere carácter de verdadero arte en la medida que equivale a una poética de la construcción… La inevitable naturaleza terrestre de un edificio posee un carácter tan tectónico y táctil como escenográfico y visual, aunque ninguno de estos atributos niega su espacialidad.”
Apoyados en el rol fundacional que la disciplina arquitectónica tiene dentro de la tradición moderna, entendimos que era necesario profundizar en un pensamiento capaz de poner en relación los múltiples factores particulares que confluyen en la problemática disciplinar.
Kenneth Frampton ha elaborado el problema de la construcción tectónica haciendo hincapié en el espacio cuando cita las ideas de Schmarsow, quien percibe a la arquitectura como el despliegue progresivo del sentimiento del hombre respecto al espacio y lo identifica como principio conductor de toda forma arquitectónica, coincidiendo con los modelos de espacio-tiempo del universo en el sentido científico, donde la ciencia afecta la forma de concebir el espacio, reforzado por la experiencia de la velocidad y las invenciones mecánicas de la última mitad del siglo XX. Desde entonces, Kenneth Frampton dice en su libro de Estudios de la cultura tectónica, “somos incapaces de pensar arquitectónicamente sin hacer especial énfasis en el desplazamiento espacial del sujeto desplazándose en el tiempo.”
Para Zumthor la atmósfera es una categoría estética, una sensibilidad emocional. En su trabajo se pone de manifiesto el cuerpo de la arquitectura, la consonancia de los materiales, el sonido del espacio, la temperatura del espacio, la tensión entre interior y exterior, los grados de intimidad y la luz sobre las cosas.
Peter Zumthor dice en su libro Atmósferas: … “en mi trabajo tiene que haber un procedimiento, unos intereses, unos instrumentos, unas herramientas. No trabajamos con la forma, trabajamos con el resto de cosas, con el sonido, los ruidos, los materiales, la construcción, la anatomía, etc. Desde el inicio, el cuerpo de la arquitectura es construcción, anatomía, lógica del construir...”
Juan Román, director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Talca, realiza una investigación denominada: Para una arquitectura con interés, basada en la idea de la Investigación Proyectual e intenta con ello probar el alcance de la relación entre investigación y proyectación suponiendo que el quehacer profesional desarrollado es un ida y vuelta constante entre ambos conceptos, da lugar a una arquitectura con interés. Superada la etapa de proyecto, el proceso abandonará la ruta de la Investigación Proyectual para dedicarse, sin más, a la etapa ya conocida de la construcción, con la condición de construir con los materiales del lugar.
En la casa de Ladrillos hemos entendido a la construcción tectónica como una estructura de pensamiento que involucre a la materia y fuera capaz de abordar los temas inherentes al espacio arquitectónico, profundizando sobre las lógicas y las coherencias en el proceso proyectual. La objetivación del proceso de pensamiento y su construcción determinaron las diferentes sensaciones y cualidades de los espacios. Dentro de esas lógicas operacionales se trabajó sobre estructura arquitectónica que se manifestó como el orden capaz de dar la posibilidad de generar el espacio arquitectónico. Se trata de una conceptualización en términos tectónicos, que involucra tanto el problema de la relación entre pesos, esfuerzos y materiales como el de las formas y los requerimientos humanos.
Estas construcciones tectónicas dieron cuenta también de las experiencias sensoriales, psicológicas, fenomenológicas, y sus efectos en las emociones, conductas, representaciones, configuraciones simbólicas y significaciones.
Se desarrolló la construcción de la vivienda a partir de la elección del ladrillo acompañado por el acero y el hormigón para el abordaje material de la problemática tectónica. El Uso fue entendido como un programa resultante de las acciones de carácter doméstico como: estar, traspasar, observar, descansar, cocinar, comer, dormir, etc…
Se desarrolló la Interacción de estos usos como una experimentación donde la construcción espacial fuera el fin último para establecer nuevas configuraciones (también espaciales) capaces de ser construidas en una vivienda unifamiliar de 90 m2 cubiertos y una superficie de terreno de 75 m2.
Hemos desarrollado una planta que generara la ventilación cruzada en todos los espacios de uso permitiendo que los vientos preponderantes del norte faciliten la disminución de la temperatura y la humedad en verano mejorando las condiciones de confort, reduciendo también la demanda energética. Se han adoptado también materiales de construcción tradicional en Argentina que poseen buena capacidad de aislación térmica incluyendo los paños acristalados con perfilería de aluminio y vidrios dobles.
Hemos adoptado además un sistema de muro parasol construido en ladrillos cerámicos trabajado en los términos de Wladimiro Acosta que consiste en un conjunto de losa visera y parantes como marco de protección solar delante del edificio que regulan la entrada de rayos solares y conforman un recinto de sombra en épocas de verano, generando un efecto de aire sobre los paramentos del edificio que Acosta denominaba Aura Térmica
|
Ventura-Virzi arquitectos, Casa de Ladrillos: parasol cerámico |
Fuentes:
+ Fotógrafo: Federico Kulekdjian
+ VIII BIAU Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo.
Ministerio de Fomento y la Fundación de Arquitectos