General de Ediciones de Arquitectura, acaba de añadir un nuevo ejemplar a su colección Temas dedicado a Arquitectura Escolar: el séptimo que la editorial dedica a esta tipología desde su arranque en el 2005. Lejos de la idea de catalogación de una tipología concreta, la revista, y su contenido, se proponen como un viaje alrededor del mundo en busca de la mejor arquitectura a lomos de una determinada tipología: bien sea arquitectura escolar -como este último número-, arquitectura destinada a la cultura, vivienda unifamiliar o colectiva, etc. En la extensa serie destinada a Arquitectura Escolar, la revista nos acerca a un tipo arquitectónico que se trabaja desde “las trincheras”, es decir, con unos parámetros claramente acotados y bien definidos, que se sitúan -siempre con las obligadas excepciones- lejos de posicionamientos estilísticos o de moda que están presentes en otras tipologías con mayor “glamour”.
Son muchos los autores que a la hora de definir las características intrínsecas de esta tipología –dedicada a la educación- se refieren a ella como una especie de microcosmos o condensación, en un mismo uso, de distintas actividades que afectan al día a día de sus usuarios. Es obvio que la carpeta “Arquitectura Escolar” resulta demasiado amplia para definir, por si misma, todos aquellos edificios que se dedican a esta actividad, ya que la “escolarización”, en el sentido más general del término, abarca desde la infancia (guarderías), hasta la lectura de la tesis, si se tercia. No en vano nuestros centros universitarios se denominan también, y comúnmente, “Escuelas” en respuesta a la idea del binomio enseñanza/educación como una tarea que se desarrolla en el tiempo y en constante perfeccionamiento.
El factor de condensación se refiere, principalmente, a que esta tipología reúne, por ejemplo y en el caso concreto de un centro de Educación Infantil y Primaria, espacios destinados tanto a la enseñanza propiamente dicha (aulas, talleres), como también al juego y al deporte (patios, canchas deportivas, gimnasios cubiertos); a la alimentación (cafeterías, comedores) y, en algunos casos, como en determinadas guarderías, también al descanso, además del contacto directo con la naturaleza: aulas abiertas al exterior y huertas docentes, estos últimos espacios habituales en los centros construidos en la Comunidad Valenciana. Por lo tanto, un centro docente ofrece una enorme variedad de interrelaciones entre usos distintos que lo hacen especialmente complejo, y atractivo, como objeto arquitectónico.
ESCUELA DE PRIMARIA EN VOLLÈGES, SUIZA
Savioz Fabrizzi Architectes
CEIP MOLÍ D’EN XEMA Y GUARDERÍA SON BOGA EN MANACOR MALLORCA. ESPAÑA
Antoni Barceló i Baeza y Bàrbara Balanzó Moral
COLEGIO INFANTIL CAN FELIÇ EN BENICASIM, CASTELLÓN. ESPAÑA
Enrique Fernández-Vivancos González, Ana Ábalos Ramos y Pablo Llopis Fernández
COLEGIO DEL LEMAN Y SALA POLIVALENTE EN APPLES. SUIZA
Graeme Mann y Patricia Capua Mann
GUARDERÍA EN PARÍS. FRANCIA
Emmanuel Combarel y Dominique Marrec
ESCUELA INFANTIL EN ZARAUTZ GUIPÚZCOA. ESPAÑA
Ignacio Quemada Sáenz-Badillos
POLIDEPORTIVO E INSTITUTO DE EDUCACIÓN SECUNDARIA EN ESTELLA, NAVARRA. ESPAÑA
Miguel A. Alonso del Val, Rufi no J. Hernández Minguillón, Marcos Escartín Miguel y Mikel Zabalza Zamarbide
JARDÍN DE INFANCIA XIROI EN BARCELONA. ESPAÑA
Espinet / Ubach Arquitectes i Associats
ESCUELA POLIVALENTE Y GUARDERÍA INFANTIL ZAC CLAUDE BERNARD EN PARÍS. FRANCIA
Atelier d´architecture Brenac & Gonzalez
CENTRO DE EDUCACIÓN INFANTIL NUNO NONO EN VALENCIA. ESPAÑA
Jorge Girod y Jose Luís Antón
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN Y ORDENACIÓN DEL
CAMPUS DE PONTEVEDRA. ESPAÑA
Jesús Irisarri Castro y Guadalupe Piñera Manso
CENTRO DE EDUCACIÓN ESPECIAL NUEVO Nº 1 EN CASTELLÓN. ESPAÑA
Ricardo Merí de la Maza, Francisco Morales, Pedro Núñez y Nuria López
Fuentes:
+ Temas de Arquitectura 15. Arquitectura Escolar 7. General de Ediciones de Arquitectura